Ahi donde se detiene la realidad lentamente,
justo ahí
mientras se apagan los rostros
veía al tuyo acercarse.
caía la luna detrás de nosotros,
nos escondíamos entre sabanas,
un pequeño paraíso,
un mar negro con sabor a vino nos lleva en la cama.
crepúsculos encerrados entre espejos
nubes radiantes de rojo y negro,
sucumbir es olvidarse susurra a mi oído la inconsciencia,
que el tiempo arrastre las flores
de tus pies hasta mi orilla.
*A quien hipnotiza con sus ojos brillantez.